(II) Navidad en New York (En el UA de Decisiones)

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FANFIC: Decisiciones (UA basado en Moonlight TV Serie)

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TITULO II: Navidad en New York.
AUTORES: Mrs. Hudson & Maky (en colaboración)
GENERO: (Mick/Beth) Basado en Moonlight.
CATEGORIA: No menores de 13 años
CLASIFICACION: Desarrollada en el Universo Alterno de nuestra primera historia “Decisiones”. Drama (con un poco de WAFF-ANGST).

PERSONAJES: Mick/Beth (OTP One-True-Pairing). Mick/Beth/Josef (un poco de OOC Out-Of-Character) y algunos OMC (Original Male Characters) y OFC (Original Female Characters).

ADVERTENCIA/SPOILER: Se desarrolla en el futuro, después de "Sonata" (S0116).

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DISCLAIMER:

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Esta historia está basada en situaciones, argumentos y personajes creados originalmente por Trevor Munson y Ron Koslow.

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Warner Bros. Television y Silver Pictures Co. son los propietarios de los Derechos sobre la serie de televisión Moonlight. No es nuestra intención vulnerar derechos de autor o de propiedad sobre ellos.

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No obstante, todo el contenido que se presenta a partir del presente momento es propiedad intelectual inequívoca de sus autoras, quienes poseen todos los derechos sobre las mismas y su obra se encuentra protegida por los derechos de Propiedad Intelectual vigentes.

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NOTAS DE LAS AUTORAS - ACLARATORIAS PARA LA LECTURA:

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Navidad en New York es un fanfic desarrollado en un Universo Alternativo creado a traves de la historia DECISIONES (recomendamos leer el Título I: "Decisiones", antes de la lectura del presente Fanfic ya que de no hacerlo podrían NO ser comprendidas -en su totalidad- las situaciones que se desarrollan). Se encuentra subdividido en 2 partes para facilitar su lectura.

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La historia es contada en tercera persona, pero haciendo uso de las narraciones en 1era persona (siguiendo el espíritu de la serie en la cual está basada). Los narradores en 1era persona corresponden con los personajes principales (Mick St. John & Beth Turner) y para la mejor comprensión hemos optado por presentar estas narraciones (equivalentes a los pensamientos internos de los personajes) de la siguiente manera:

Letras en color Rosa: Pensamientos de Beth Turner (o si se tratara de la TV, esto sería su VO)
Letras en color Azul: Pensamientos de Mick St. John (o si se tratara de la TV, esto sería su VO)
Letras en color Amarillo: Notas hechas por las autoras y que son de interés para ser tomadas en cuenta por el lector y que influyen directamente sobre el desarrollo de la trama.

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Resumen:

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(Mick) …Ella me dijo cuando se iba que me consideraría muerto desde ese momento y fue lo que debí hacer, en el mejor de los casos, pero no pude, no tuve agallas, y entonces, ¿qué hice? lo mismo que siempre hago, le pido a Josef que me convierta de nuevo en lo que tanto odio…

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(Mick St. John, en Decisiones - Título I: Decisiones-).

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Navidad en New York

Parte I: Cuando el destino es un círculo

Por: Mrs. Hudson & Maky

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Eran las 10 hrs. del 24 de diciembre. La División de Oncología Pediátrica del New York Presbyterian Hospital celebraba un emotivo acto. Cientos de personas se encontraban reunidas en lo que sería el evento inaugural de uno de los más modernos centros de atención integral para niños y jóvenes que padecen de cáncer.

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Tras el discurso de rigor, el Doctor Edward Fardel, director de Medicina Pediátrica del New York Presbyterian Hospital tuvo el honor de desbloquear las cintas para así permitir el acceso de los presente a la imponente edificación. Seguidamente el Pbro. Máximo Mandell, procedió a rociar con agua bendita tanto a los nuevos equipos donados y las instalaciones, como al honorable benefactor que hizo posible tan significativa obra: Josef Kostan director de la Fundación Sarah Whitley.

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-Dios bendiga a los médicos, enfermeras, niños, jóvenes, padres, familiares, amigos y todos quienes serán favorecidos por esta hermosa obra- el Pbro. Mandell iba dispensando la bendición sobre todos los congregados, el equipo de trabajo y las instalaciones en general, luego hizo una pausa frente a Josef, quien permanecía junto a la comitiva que encabezaba el recorrido por el lugar- Asimismo, Dios todo bondad y santidad, derrame sus bendiciones sobre éste caballero cuya generosidad permite llenar de esperanza a todos los aquí reunidos y aquellos que habrán de venir en busca de aliviar sus padecimientos- extendió una bendición sobre Josef, quien sonrió al ser bañado con las finas gotas de agua bendita – Elevemos plegarias al cielo para que multiplique en éste generoso hombre la caridad que hoy se pone de manifiesto y le haga merecedor de las virtudes del cielo-.

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-Amen- repitieron en un murmullo colectivo todos los presentes.

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De seguido, el protocolo fue roto con el arribo de los niños y jóvenes que ocupaban las antiguas instalaciones de Oncología Pediátrica en el hospital, seguidos de sus familiares y amigos. El ambiente que había sido sumido en un cálido silencio de repente se lleno de la alegría de los más chicos, mezclado con las emociones de muchos de los presentes quienes adivinaban que tras la inocencia de los pequeños se evidenciaba su fragilidad humana. Por el ala opuesta al arribo de los jóvenes pacientes, hizo su entrada un grupo de animación liderado por un jocoso Santa quien llegó acompañado por cerca de una docena de sus duendecillos-ayudantes… Regalos fueron entregados a los niños, a los jovencitos, e incluso, hubo presentes, para los médicos, paramédicos y enfermeras… Los detalles estaban deliciosamente cuidados y el espacio pasó a convertirse en un hermoso lugar de celebración y fiesta.

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-Genial Josef, esto es simplemente genial – murmuró visiblemente conmovido Mick mientras se acercaba a su amigo – cuando me dijiste que viniera contigo a New York jamás imaginé que sería para ver algo de tal sensibilidad-.

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-Algunas veces necesitas estar en una situación extremas para que recuerdes tus verdaderas limitaciones mi hermano…- Josef miró de lejos a un grupo de niños que abrían con entusiasmo sus regalos – Esos niños están tan en contacto con la muerte como tú y yo– volteó para mirar a Mick – … Aunque por ahora tu sigas viviendo tu experimento mortal y yo sea un vampiro…- hizo una pausa antes de continuar, como si se detuviera a pensar en las siguientes palabras- …La situación de ellos y la nuestra es la misma: Yo he muerto… y tú tan solo estás regresando a una nueva experiencia con la muerte-.

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-Josef, no quiero…-.

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-Mick, enfrenta el hecho… estas muriendo… la cura está llegando a su fin…-.

-¿Para eso era que querías que viniera?, ¿para hacerme ver que estoy tan muerto como todos a mi alrededor?-.

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-No Mick… sino para que te dieras cuenta que todos estos niños están luchando por vivir cada día, por tener una nueva oportunidad, mientras que tú ya conoces el camino y aún así decides acabarlo-.

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-Ya estoy muerto Josef, qué Coraline tomó mi vida hace 56 años…-.

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-Por eso... en esencia eres un vampiro Mick-.

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-Ya no, Josef… no soy nada, ni estoy en ninguno de los 2 mundos...-.

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-Entonces, eso sólo debe decirte que aún puedes elegir… al menos ahora puedes elegir...-.

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-No quiero volver…-

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-¡Eres un cobarde!, no mereces ocupar la misma sala que todos estos luchadores- Josef volteó su rostro de regreso a mirar a los niños – todos ellos luchan con la muerte cada día y luchan por un respiro más, y tú has tenido el poder de doblegar al enemigo común de todos ellos, sin hacer daño a los seres humanos y aun así te pones de rodilla… y te rindes a la muerte... no mereces estar aquí. ¡hermano!-.

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-Es que nadie puede luchar contra la muerte Josef-.

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- Tampoco se puede luchar contra la vida... ni el destino...pero entre la vida, el destino y la muerte... de una forma u otra todos somos hijos de la muerte Mick, y moriremos a su debido tiempo, incluso los vampiros…- sonrió - Aunque, en lo que a mi respecta, no tengo intenciones de pedir una cita todavía para conocer a la horrible dama de la mortaja, Mick-.

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-Yo no elegí ese destino-.

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-Entiendo tu punto Mick… pero entiende el mío… yo se que cada hombre debería elegir en vez de sólo aceptar lo que es su destino, pero el universo no siempre funciona así, para algunos el destino aparece como una suerte de manifestación espontánea, mientras que para otros la búsqueda no acaba hasta encontrar lo que se supone es el camino que debes seguir – Josef puso su mano sobre el hombro de Mick – Yo me hice un vampiro para poder vivir 350 años y encontrar a Sarah, y no cambiaría ni un minuto, ni alguna de las decisiones que hice durante el año que la tuve… no me arrepiento de nada… porque no sabía lo que sucedería y porque realmente la amaba…de alguna forma agradezco su aparición y agradezco todo su amor por mi… eso es lo más importante, aunque por ahora no cambien las cosas… cuido de ella porque la amo y espero que algún día su situación mejore y entonces yo estaré allí para verla sonreír… te hablo de amor Mick, verdadero amor y esperanza-

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(Mick) Hablar de Sarah le hace mucho mal a Josef, lamento no tener mejores palabras para él.

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A veces hace falta llegar al fondo de la desesperación antes de conseguir la esperanza.

(Anónimo)

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Cerca del mediodía Josef y Mick abordaron la limusina con destino a Waverly Place. La parada obligatoria antes de dirigirse al aeropuerto, era unicamente para visitar a Sarah. Su estancia en NY sólo se prolongaría hasta la hora de regreso a LA, la cual estaba estimada para las 8 hrs. de esa noche.

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Al llegar a la elegante casa, Josef descendió en primer lugar, caminaba a prisa, bloqueando con su mano el sol que empezaba a coronar sobre el cielo, subió rapidamente las escalinatas para luego llamar a la puerta de acceso. Por su parte, Mick le siguió por detrás haciendo su paso descuidado y disfrutando de la calidez de los pocos rayos solares en contraste con el inclemente frio que golpeaba su cuerpo vuelto a la humanidad.

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Los recibió Paula en la entrada de la casa, quien a juzgar por su expresión, no los esperaba hasta un par de horas más tarde. El evidente desconcierto incomodó únicamente a Mick, dado que Josef, hizo caso omiso del rostro sobresaltado de la experimentada enfermera.

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Una vez dentro de la estancia, Josef pasó a la recámara de Sarah, sin embargo Mick, prefirió darle espacio y privacidad a su amigo, quien se había mantenido inusualmente callado durante todo el trayecto hasta el sitio. Mick se paseo junto a Paula hasta la cocina y aceptó de ella una taza de chocolate caliente que le sirvió para apaciguar el frio invierno que penetraba por todo el ambiente. Se quedó allí reflexionando sobre el día cuando conoció la historia de Sarah, en cómo se precipitaron los acontecimientos en su mundo y en el mundo de su Beth. Los recuerdos estaban presentes y parecían frescos aún cuando sabía cuan distante estaban ya de todo aquello: Habían pasado 7 largos meses sin Beth y el tiempo realmente le parecía una eternidad.

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(Mick) Como irónico es el mundo, a cada momento de nuestra existencia tenemos que elegir entre una alternativa y otra. Una simple decisión puede afectar a una persona por el resto de la vida. Por lo tanto, una cosa es QUE CREAS que estas en el camino cierto, otra es ESTAR realmente en el camino correcto; y otra distinta es creer que estas en el UNICO camino posible. Jamás podemos juzgar las elecciones que hacen los demás, porque cada uno de nosotros sabe acerca del propio dolor y de sus renuncias…nadie más puede entenderlo... sólo aquel a quien le toca vivir con la carga de sus propias decisiones.

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Sumergido como estaba en sus pensamientos no notó cuando Paula había abandonado la cocina, pero decidió caminar por la casa evitando interrumpir a su amigo en su encuentro con la mujer que tanto amaba. Siguió por el corredor principal observando los cuadros que en su efímera visita anterior no tuvo la oportunidad de admirar, vagaba perdido y callado por la casa que más que un hogar parecía un santuario. El silencio fue interrumpido súbitamente por el llanto de un bebe. Si bien Mick no disfrutaba de las bondades de una sensitiva audición vampírica, era capaz de distinguir a una criatura cuando lloraba, y sus instintos le guiaron hasta el sitio donde provenía el sonido.

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-Hey amiguito!!!…- sonrió Mick al descubrir un moisés en medio de una acogedora sala la cual mantenía dentro un pequeño bebe – ¿Estás asustado? – se puso de rodillas y se acercó aún más al niño para acariciar con un dedo su estómago. Por breves instantes se quedaron observándose atentos el uno al otro y poco a poco el niño reaccionó con el tacto humano hasta quedarse totalmente en calma– Buen chico…- susurró Mick- ¿Qué cuentas?…. ¿tienes hambre?... ¿o tal vez frío? –.

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-Sr. St. Jhon…- Hizo su entrada Paula al salón trayendo en manos un biberón – Ya veo que conoció a nuestro pequeño-.

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-Si... creo que ya nos conocimos…- Mick volteó para ver a la mujer pero sin levantarse del suelo y luego se volvió sobre el niño nuevamente – Es muy bonito…- Sostuvo una hermosa sonrisa de contemplación.

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-Si que es… es el hijo de una buena amiga... Mi hija, Lucy y yo lo cuidamos por ella mientras trabaja... el Sr. Kostan lo sabe...- explicó Paula ya de pie a un lado de la cuna – Es un buen niño... y hermoso, igual que sus bellos padres: Tan blanco como la leche, tiene los cabellos dorados como el sol y esos ojitos parecen dos gotitas de agua de mar…- ella puso su mano en el hombro de Mick – Parece que usted le gusta Sr. St. Jhon… Elliot no suele llevarse bien con cualquiera… Tiene un carácter muy fuerte... ¿Sabe usted como alimentar a un bebé?-.

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-Bueno… Fui medico en la WWII… enseñaban en esos tiempo sobre algunas de estas cosas también…- se puso de pié con una expresión de incertidumbre y expectativa.

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-Entonces... pudiera decirle que es como montar bicicleta…- le entregó la botella adivinando los deseos de él de sostener al bebe y en señal que estaba de acuerdo con que también lo alimentara. Mick planteo una sonrisa de realización paternal y de inmediato tomó en sus brazos al niño y comenzó a alimentarlo, bajo la mirada serena de Paula.

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(Mick) He gastado mis últimos días construyendo unas murallas que me protejan de las cosas que no puedo cambiar, y lo hice tratando de someter la realidad a mis propios deseos. Pero vivir de nuevo me ha enseñado que en cierta forma, aunque podemos modelar nuestro destino: Al escoger acerca de insistir en los mismos errores, intentar enmendarlos o, pretender huir de todo lo que deseamos (deliberadamente o no)… e incluso, si queremos escapar de aquellas cosas que la vida, generosamente, coloca ante nosotros, solo al final, entendemos, que no somos totalmente dueños de nuestra existencia, porque únicamente nos las han prestado por un tiempo.

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Vampiros y humanos por igual podemos escoger entre saborear las experiencias del mundo o simplemente ser una sombra... Podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante… La vida y la inmortalidad importan lo mismo cuando no se tiene nada por qué vivir ni nadie con quien compartir las experiencias.

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Cuando comenzó a caer la tarde, Mick se decidió a dar un paseo a pie por la 5th Avenida, sus días de mortalidad lo llevaban a apreciar cada minuto como el último de su existencia. Miraba los colores del cielo, le gustaba sentir como su cuerpo iba reaccionando a las distintas sensaciones: Trémulo al frio y la nieve, fatigado por el hambre, herido ante el dolor. Nadie entendería esos pensamientos, pero para él cada uno de ellos, era una celebración a su propia humanidad, a la vida que se le escapaba y al pasado que tanto le dio y tanto le quitó.

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Tomó asiento en una banca disponible cerca de la calzada, había un grupo de niñas con mejillas sonrosadas entonando cánticos para los transeúntes, de vez en cuando una que otra celebridad se hacía notar en cualquier tienda y luego desaparecía devolviendo la tranquilidad.

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En un momento cualquiera, la calle entera se llenó de conmoción, se dio inicio a lo que parecía una ronda de disparos al azar. Las personas actuaron según sus propios instintos: Algunos comenzaron a correr desordenadamente, otros se protegieron recostándose en el piso, los menos favorecidos iban cayendo heridos.

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Mick, al principio, tomó cuidado de si mismo debido a su sentido de preservación. Se resguardó en el suelo y esperó que la multitud se disipara un poco para luego intentar localizar con la mirada el lugar de dónde provenían los disparos.

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La esquina de Apple Store servía de guarida a un chico que llevaba una ametralladora la cual vaciaba sin compasión sobre todos los inocentes que se cruzaban por su camino. Sin pensarlo dos veces, Mick corrió desde su posición contra el joven pistolero con la única intención de derribarlo y detener el ataque, las balas seguían sonando, rompiendo y rasgando todo a su alrededor y los segundos comenzaban a ser eternos. A pocos pasos de su objetivo, Mick había logrado pasar inadvertido por el chico, quien finalmente se volvió frente a él y descargó unos cuantos disparos sobre la humanidad de Mick quien logró, en un último esfuerzo arrebatarle el arma tras el socorro de otros valientes transeúntes quienes al ver tan heroica proeza se sumaron a la captura del pistolero y al rescate del hombre herido de muerte.

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-Tenemos una situación en la 5th avenue, un pistolero solitario asaltó a la masa, hay estoy contando 6 personas heridas de gravedad, una de ellas presenta 3 impactos de bala y puedo ver al menos 2 decesos, necesitamos ambulancias… ¡es urgente!- Gritó un oficial de policía mientras se comunicaba con su radio a la estación, en el lugar aún reinaba la confusión. La blanca navidad que minutos antes llenaba el sitio había sido sustituida por escenas de llanto, gritos y desesperación.

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-Mick, Mick… Mick… abre los ojos, Mick… quédate conmigo…- gritaba Beth sobre el cuerpo sangrante de Mick, tendido en su regazo – Mick… abre los ojos por favor… Dios!... Dios!... qué hacías tú aquí?... en qué estabas pensando Mick?...- le suplicaba la desesperada mujer ante la mirada de todos.

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-Señorita soy médico… tenemos que llevarlo a la ambulancia- se acercó un hombre con una camilla para trasladar al herido –tiene signos vitales… - comprobó - Hay que darse prisa, una herida sangrante en el abdomen, dos en el pecho… mueve el cuello con cuidado- ordenó- Puede tener fractura en la espina dorsal – advertía el joven médico al equipo que trasladaba el cuerpo sangrante de Mick ante una Beth conmocionada – Señorita… conoce a este señor… es usted su familiar? – tomó del brazo a Beth quien no alcanzaba a gesticular palabras, sólo asentía sin parar, su abrigo, sus manos, su cara, estaban totalmente cubiertas de la sangre de Mick, había presionado la herida en el abdomen y el pecho mientras llegaba la ambulancia, tal como un día lo hizo en el parque Griffith por Josh. Beth ahora revivía la escena y revivía el temor – Venga con nosotros…- la guió del brazo y la subió a la ambulancia que inmediatamente hizo su camino al hospital.

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-Soy... soy su novia…- fue lo único que finalmente alcanzó a susurrar Beth una vez dentro de la ambulancia. Frente a su mirada atónita fueron rasgadas las ropas de Mick, la sangre hacía ríos, el olor cobrizo perfumaba la fría cabina, la sirena se escuchaba como una música lejana y los esfuerzos del equipo eran casi sobrehumanos. En pocos segundos, Mick tenía un tubo en su garganta, un vial en sus venas, los monitores señalando los débiles latidos de su corazón y su inestable presión arterial… lo único que lo ligaba a la vida eran sus ganas de luchar o su miedo a morir.

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(Fin de la Parte I: Cuando el destino es un círculo)

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Navidad en New York
Parte II: Junto a ti.

Por: Mrs. Hudson & Maky
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No existe la casualidad y lo que nos parece un mero accidente, surge de las más profundas fuentes del destino.

(Anonimo)

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Beth permanecía sentada frente al pasillo que conduce al área de quirófanos del hospital, no tenía una idea del tiempo que había transcurrido hasta ese momento, se mantenía aferrada al abrigo de Mick que había rescatado de un notable charco de sangre que se formó en la ambulancia. Su pensamiento perdido, sus ojos llenos de llanto, su mirada triste, intentaba desesperadamente alejarse de la idea de lo inevitable. De repente notó la vibración del móvil que permanecía en el bolsillo de la chaqueta e instintivamente descolgó.

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-Mick dónde demonios estas metido?- gritó Josef irritado al otro lado del teléfono.

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-Josef… soy yo… Beth…- susurró con un lamento.

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-¿Beth?... ¡¡¡Beth!!!- se exaltó Josef en una absoluto desconcierto -Estas con Mick?-.

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-Josef…- Beth no pudo terminar ninguna frase sin romper a llorar.

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-Cálmate Beth… ¿Qué demonios ocurre?…- se impacientó.

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-..Mick fue baleado y esta…-.

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-¿Muerto?-

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-No…-dejó salir un leve quejido – está en cirugía…-

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Los minutos comenzaban a torturar a Beth y Josef quienes caminaban de un lado al otro por el pasillo frente a la sala de cirugía. Médicos y enfermeras entraban y salían sin cruzar palabras con ellos. Nadie daba ninguna señal de aliento, nadie les decía absolutamente nada.

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-Aun no entiendo qué pasó Josef, todo fue tan rápido…- Beth detuvo su paseo por el corredor a un lado de Josef – yo sólo me di cuenta que era él cuando estaba cayendo sobre la acera…- se cubrió el rostro con sus manos- se golpeo tan fuerte, pensaba que había muerto… no quiero que muera Josef… no puedes dejar que eso ocurra…-.

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-Calma Beth…- la miró Josef con extrema serenidad – te entiendo, pero no podemos hacerlo… él no lo quiere…-

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-Por mi Josef… por Elliot…- levantó los ojos para encontrar los de él – te lo pido por mi… por su hijo… que lo quieres como a tu hermano Josef… no dejes que muera Josef… por nosotros…por tu hermano…- lo sujetó del cuello de su chaqueta y se desbordó en llanto.

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-Beth… cálmate… no Beth...que no puede ser nuestra elección... siempre ha elegido por él alguien más, que tiene que elegir por él mismo si quiere seguir con nosotros...- Josef la abrazó sin poder decir más.

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El reloj en la pared anunciaba las 9.33 minutos de la noche del día de navidad. Beth y Josef seguían en la sala de espera. El silencio hacía un pesado monólogo en el lugar y las esperanzas comenzaban a perderse. Un movimiento proveniente del ala de cirugía despertó la atención en Beth, quien se desplazó para ver lo que sucedía. Inmediatamente pudo reconocer las caras del médico y paramédicos en la ambulancia, quienes salían pasmosamente de la sala donde horas antes ingreso Mick.

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-¡Doctor, doctor! – Corrió Beth cubriendo la distancia con gran velocidad - ¿Cómo está él?- El médico recibió inexpresivo las preguntas urgentes.

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-No voy a mentirle…- Finalmente le respondió – El paciente está en muy malas condiciones…-.

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-¿Qué tan malas? – Josef se adelantó a hablar mientras hacía su paso hasta Beth y el doctor – soy Josef Kostan, socio de Mick, su paciente…- extendió su mano en una presentación informal.

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-Dr. Donovan…- respondió al saludo – le decía a la Señorita que el paciente-.

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-Mick- Murmuró Beth interrumpiendo – Su nombre es Mick- Repitió.

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-Está bien – sonrió comprensivamente el doctor – Mick… está estable, pero su condición es muy delicada…-.

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-¿Cuan delicada? – Insistió Josef exhalando un respiro de disgusto por tener que repetir una vez más la misma pregunta.

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-Verá... Mick... Tenía ambos pulmones perforados pero eso ha sido controlado, sin embargo, el disparo en el abdomen ha dañado el vaso y otros órganos, la pérdida de sangre ha sido considerable… no sabemos como no lo perdimos de camino al hospital …pero eso no es lo más difícil... - tomo un aliento antes de proseguir- lo peor es la lesión en la columna cervical…-.

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-¿Qué pasa con su columna? – Se angustió Beth.

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-Con la caída en la acera se ha golpeado el cuello y lamentablemente sufrió un daño que no le permitirá moverse, este es un daño permanente… lo siento…-

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Media hora después Mick fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos, aun inconsciente y en estado delicado. Beth ya no podía llorar más, mientras que Josef se mantenía recostado a la pared en frente a ella guardando una expresión sombría, solo a la espera de pasar a ver a su amigo. No transcurrió mucho tiempo cuando fueron guiados dentro del recinto donde se encontraba Mick.

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-Dios, Josef…- Beth tomó fuertemente el brazo de su amigo para poder mantenerse en pie hasta llegar a la cabecera de la cama – Amor… ¿qué pasó?... ¿qué pensaste?... ¿qué eras Superman y que nada podía pasarte, ah?...- susurró Beth al oído de Mick sumido en una coma inducida – Estoy aquí para ti… estoy con Josef y queremos que salgas de esto… qué vengas a mi…- acarició el cabello sin contener la emoción de su voz ni las lágrimas – te he extrañado tanto mi amor, me has hecho tanta falta... te he dicho que eres mi ángel de la guarda?..MI ángel... te tomaste ya unas largas vacaciones y te necesito aqui– sonrió entre lágrimas -…te amo tanto, tanto, tanto… y te quiero de vuelta conmigo… por favor…- Josef apretó el hombro de Beth para tratar de darle confort – Que tenemos un hijo… un bebé nuestro… solo tuyo y mío… tienes que cuidarlo… no me dejes, no de esta manera…-.

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-Beth…- susurró Josef – él es muy fuerte… y tienes que mantener la esperanza si lo amas... pero ahora tambien tienes que regresar con tu hijo, tienes que ir a casa con Elliot... yo voy a permanecer con él…-.

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-No pienses que vas a enviarme a casa Josef y que voy a dejarlo así nada más…-se volvió Beth dolida e irritada para mirar a Josef.

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-No estoy poniéndote fuera Beth, estoy pidiéndote que pienses en el hijo de los 2, necesitas estar con él y yo necesito esperar que Mick despierte…-.

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-¿¿¿Qué tal si nunca despierta???-.

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-Va a despertar...No me preocupa tanto el que no despierte como el que se despierta y descubra que no podrá moverse nunca más…- Josef confrontó a Beth con la realidad más cruda – Ha sido un hombre obstinadamente fuerte, es mi único amigo y mi hermano y estoy seguro que va a despertar, lo que temo es que prefiera morir a tener que vivir con las consecuencias de esto…- volteó Josef para darle una dedicada mirada a Mick quien yacía sobre la cama rodeado de tubos y aparatos – Alguien como él no podría con esto… él no soportaría, lo sé…-

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-Josef…- Beth se apoyó contra la pared a su espalda para no desvanecerse en el suelo.

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-Tengo que hacer algo por él, pero tengo que encontrar la manera de hacer que él sea quien lo quiera-.

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(Mick) A cada momento de nuestra existencia tenemos que elegir entre una alternativa y otra. Una simple decisión puede afectarnos por el resto de la vida.

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Beth no quería pasar sola esta noche, sabía que no estaría tranquila y tampoco podría dormir, decidió quedarse en la casa de Sarah. Apenas pudo ducharse y cambiar su ropa, antes de sentarse una vez más en silencio, junto a Paula. El moisés donde dormía apaciblemente Elliot estaba junto a la cama de la bella joven atrapada entre la vida y la muerte. La escena, ante los sensibles ojos de Beth parecía de un surrealismo temible. El contraste de la vitalidad de su propio hijo, con la esperanza en la mirada de Paula, la tranquilidad perturbadora de Sarah y su inmenso dolor, todo ese cuadro sólo le crispaba la piel.

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Los recuerdos hacían nudos en su mente, mezclando el pasado con el presente, convirtiendo toda su vida en un absurdo ciclo de vidas y muertes que acababan siempre lastimando a su corazón. Beth luchaba con las lágrimas y con la impotencia, intentaba pensar que el momento era parte de un mal chiste que alguien estaba haciendo para ella, pero ninguna de sus ideas lograba calmarla, porque ella sabía cuál era la realidad: Mientras ella estaba aquí, al otro lado de la ciudad la otra mitad de su alma estaba luchando por aferrarse a la vida o quizás solo se entregaba a la muerte.

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Con el sonido que anunciaba una llamada a su teléfono móvil, el corazón de Beth dio un salto que la hizo estremecer. El descubrir que era Josef quien la llamaba no sirvió para calmar sus temores. Tenía miedo por las respuestas tras esa llamada, sentía dolor, sentía desesperación… pero reuniéndose en una sola pieza, tomó un respiro antes de contestar.

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-Beth ... Estamos volando de vuelta a LA…-.

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-¿Despertó?- Preguntó Beth de inmediato.

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-Aun no…- Respondió Josef pausadamente – pero pronto lo hará… y haré lo que tengo que hacer, solo si lo pide Beth… lo entiendes?-.

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-Entiendo…- Aceptó ella con resignación.

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Cerca de las 7 de la mañana, un mensaje de texto logró interrumpir el precario sueño de Beth quien hacía pocos minutos había caído rendida por el cansancio a un lado de la cuna de su hijo, todavía dentro de la habitación de Sarah. Al mirar el teléfono sólo alcanzó a leer: “Deberás amarlo aún cuando sienta que no te merece, porque en ese momento es cuando te necesita más… xoxo JK”. Beth no pudo más que sonreír y dar gracias a Dios… o a Josef… o tal vez al destino…

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3 años y algunas semanas, después...

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Mick se despertó antes que Beth y encontró que Elliot estaba de su cuenta jugando en el pasillo que conduce a las escaleras, agradeció calladamente haber comprado el bloqueo para bebés porque acababa de entender que su hijo era un intrépido escalador que había descubierto como trepar por encima de su cuna hasta descender al suelo y que en poco tiempo las escaleras serían un terreno peligroso... hizo una nota mental para hablar más tarde de ello con Beth.

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Se sentó junto a su hijo y lo acompañó en sus juegos... Mick estaba sintiéndose inmensamente afortunado de encontrarse disfrutando de la presencia de su milagro personal: Su hijo con Beth, el regalo más preciado que el universo pudo darle. Era el día de navidad y esa mañana traía a su memoria los recuerdos de un capítulo de su propia historia... precisamente aquella navidad de hacía 3 años atrás cuando el destino le dio la oportunidad de hacer sus propias elecciones... encontrarse hoy allí, junto a su hijo y a Beth era la prueba de que la que había escogido era la decisión correcta.

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Aquella mañana en New York Josef le había recordado la razón por la que él había vivido 350 años: Sarah… en el caso de Mick… hoy en día sabía que él había viajado 2 veces a encontrarse con la muerte y cada vez que regresó encontró para él un regalo que le daba la vida: primero fue Beth, después seria Elliot… Durante meses, luego de aquella dura decisión frente a Josef en la cual le suplicó a su amigo que volviera a hacerlo un inmortal, intentó descifrar si había sido real aquella voz que en su mente hacía eco una y otra vez, diciéndole que tenía un hijo… y le susurraba el nombre de aquel pequeño que alimentó en casa de Sarah… le decía también que volviera para ella porque extrañaba a su ángel… aferrado a la idea que era un simple juego de su mente en estado de coma y en la ausencia de una mejor explicación, decidió un día abstenerse de esos pensamientos como una cuestión de supervivencia… hasta que por fin vio a su Beth entregándole en brazos a su propio hijo... su Elliot... y ese fue el día cuando al fin descubrió que sus memorias eran recuerdos reales y no solo fantasías.

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-¡¡¡Hey… Feliz Navidad!!!- Sonrió Beth desde la puerta de la habitación mientras contemplaba a sus 2 “hombres” jugando en el pasillo.

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-¡¡¡Papi, es Mami!!!- Gritó Elliot emocionado antes de lanzarse en una carrera a los brazos de ella.

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-Feliz Navidad…- Devolvió Mick poniéndose en pie para acercarse – ¡Estas hermosa!-.

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-¿En serio?- Le dio un guiño de incredulidad - ¿Tú como que estas enamorado?-.

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-Absolutamente – Le acarició la piel al deslizar su mano por la cintura para luego estrecharla en un abrazo -…Quiero preguntarte algo Beth...-.

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-¿Qué? – Lo miró inquisitivamente antes de evadir los ojos oscuros que la miraban profundo, perdiendo su mirada en Elliot que se había aferrado a su hombro en posición de dormido.

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-¿Por qué no te quedaste conmigo luego del tiroteo en New York?…-.

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-Me quedé Mick… estuve a tu lado todo el tiempo, hasta que tuve que volver a nuestro hijo… ya lo hemos hablado…- Explicó regresando a los ojos de él.

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-Si... lo se...… pero hablo de cuando Josef me trajo a ésta ciudad…-.

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-Mick… que no lo supe hasta que ya estabas aquí... y también entendí que estando aquí no te iba a hacer bien... tenías que entenderlo tú… tenías que querer seguir vivo por ti mismo… tenías que buscar la razón dentro de ti… si venía contigo iba a hacer trampa…-.

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-Pero como encontrar una razón sin ti?…-

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-La encontraste… por algo estás aquí, ¿no?…-.

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-¿No notas que la razón por la que me quedé fuiste tú?…- Le dio un beso en la frente – Escuche tus palabras, cada una de ellas...yo siempre supe que la que escuche era tu voz, solo que Josef nunca lo admitió…-.

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-No amor mío... no volviste por mi... volviste por ti, porque en ti había renacido la esperanza... si quieres pensar que fue mi amor por ti... pues mi amor por ti fue tu esperanza, y te dio la fuerza para hacer lo que tenías que hacer...- Acarició el rostro de su compañero y luego asentó un beso sobre el hijo de los dos-...Josef no te dijo que estuve allí porque sabía mejor que tú y yo que la razón por la que debías escoger seguir o abandonarnos tenía que nacer de tu voluntad... el amor y la fe se compone de verdades que deben decirse y verdades que deben callarse…tus razones para vivir tenían que ser tan fuertes que te impulsaran a vencer los sentimientos de culpa que tanto daño te hacían, mi amor- Lo apretó más estrecho manteniendo a su hijo entre los 2 – El amor entre tú y yo no podía continuar siendo un juego en el que 2 personas ciegas juegan usando espadas de verdad… probablemente, si en vez del amor nos acababa uniendo el miedo de mutuamente perdernos, íbamos a continuar haciéndonos daño…-

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(Beth) Si alguna vez alguien descubre lo que quiere para sí mismo, eso quiere decir que ya logró reunir todas las condiciones para hacer que se cumpla su sueño, solo basta con perderle el miedo a las equivocaciones, a los fracasos y a la opinión de los demás, para luego encontrar el valor de arriesgarlo todo para transformar su existencia en una experiencia de búsquedas y encuentros… los verdaderos supervivientes jamás serán víctimas de sus verdugos, porque son capaces de mantener lo más importante del mundo: La alegría de soñar que algún día nuestros sueños se harán realidad.

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Fin del Titulo II/V
Navidad en New York

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